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sábado, 11 de diciembre de 2010



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APROXIMACIONES SEMIÓTICAS EN LA ESCUELA



Oscar Tovar Granados




Las Instituciones educativas se constituyen en verdaderos centros culturales, donde los estamentos concurrentes les asisten el derecho de asimilar, defender, promover y transformar el legado cultural heredado de las viejas generaciones. La interculturalidad se entreteje formando los entramados espirituales, creencias, costumbres, principios, saberes, conocimientos, normas, significados , significantes, signos y demás forma de comunicación. Sin embargo, a la Institución Educativa Distrital de Barranquilla: Nº π, se le acusa de padecer una verdadera Torre de Babel entre los miembros de su “comunidad”. Ya que cada estamento empodera su cultura con su propio lenguaje y los entramados se construyen a través de mediasones frágiles, blandas y en las conexiones de fronteras que pudieran funcionar como bisagras conectoras, ocurre todo lo contrario, produciendo explosiones culturales, que hacen dramática y en algunos casos trágica la convivencia de los concurrentes en la Institución Educativa.



Ahora bien, en medio de la conflictividad administrativa, académica y de servicios en general, sustentadas en algunos caso por la desidia y en otros por las diferencias en el sentir, pensar y hacer de los estamentos; aparece la figura del mal llamado “Profesor Problema” que para los desprevenidos transeúntes – que en ocasiones ostenta título en educación - se trata de un problema menor entre administrativos y otros; sesgando, minimizando y personalizando de paso los asuntos de la Educación y del gobierno escolar en particular; visión ésta simplista que se ha empoderado en las Instituciones Educativas, con resultados desastrosos.



A estos, el “Profesor Problema” les parece extraño porque no hace parte del comité de aplausos que ellos suelen institucionalizar o también de los comodines que llevan y traen. El profesor alternativo, mal llamado “profesor problema” que es el que invocamos, más bien escucha de manera crítica al débil, al fuerte, es solidario, de buenas relaciones interpersonales, respetuoso, justo, defensor de los derechos y deberes, responsable, comprometido, propositivo y de sólida formación política, didáctica y pedagógica que no acepta lo inaceptable venga de donde viniere. Como ya sabemos este perfil produce preocupaciones en algunos administrativos, estos últimos hace de su enfoque o creencia una obligación para todos los estamentos. Y, quien no lo aplique es problemático y debe someterse a las mayorías que son algunos administrativos y sus cómplices de ocasión que suelen repetir las peroratas de la oficialidad que se visten de novedad, verticalizando el pensamiento, estigmatizando las mentes reflexivas o de visiones alternativas, haciendo el papel de loritos amaestrados, que actúan como sujetos sujetados que están siendo hablados y pensados al decir de José Pablo Feinmann filosofo Argentino. Desafortunamente, en los ambientes atravesados por la mediocracia, estos personajes hacen su agosto y, la verdad educativa se “confunde” con lo que les conviene.



En atención a lo anterior pareciera estar ante problemas menores y quizás personales, pero creemos que el problema es más complejo porque estamos frente a situaciones ontológicas, de semiótica y de la gestión organizacional que ameritan ser investigadas y así realmente comprender la naturaleza de las Instituciones. Estas, no cambiaran sino se generan procesos investigativos que den cuenta de lo que pasa, y quien más que los propios Maestros para liderar estrategias transformadoras que posibiliten reformar el pensamiento para con ello cambiar las Instituciones. Llamo la atención para que avancemos en la construcción del foro educativo o de seminarios pedagógicos permanentes que posibiliten la puesta en común de las pedagogías, para que con ello, empecemos a tejer en conjunto, sin imposiciones o sutilezas los llamados paradigmas pedagógicos, que a mi juicio es trabajar sistemas de pensamientos alusivos a la educación, nociones, principios, imperativos, inconscientes colectivos, y/o pedagogías fundantes, en vez de precipitados paradogmas curriculares. Cualquier otra pretensión no deja de ser una simple simulación o espectáculo pedagógico propio de las ventoleras o cuchicheos de los pueblos.



Pues bien, con respecto a la realidad o realidades, filosóficamente se refieren a como los estamentos en las Instituciones Educativas perciben lo real, es decir, aquellos espacios visibilizados que micro-contextualizan la escolaridad. La percepción es un problema del sujeto o de los sujetos y también del objeto u objetos que dan cuenta de cómo están haciendo visible el mundo de las Instituciones. Y, claro no hay una percepción sino distintas percepciones y por tanto diferentes realidades. Cada sujeto ha estructurado una formación cultural que lo hace diferente al otro y no tiene porque provocar pensamiento único o en una sola dirección como si se tratara de los caballos con jáquima que utiliza el cochero para manipular la caballería de su coche e incluso derivando posiciones tozudas de posturas excluyentes como pareciera gustarle a algunos rectores y coordinadores. Sin embargo, el efecto que se produce es exactamente lo contrario. La auto-organización del pensamiento, lateralizándolo a la manera de Edward de Bono y aperturando el pensamiento en crítico y complejo. Por eso no es un problema menor sino mayor, de enfoque distinto y le “enreda” en una situación ontológica que en ocasiones - y nos atrevemos a decir- no se es consciente. Y, lo que se evidencia es el ocultamiento de la esencia del problema con las habladurías de siempre. Si en las Instituciones se utilizara la diversidad como una de las condiciones para el crecimiento deontológico en el Maestro; seguramente estaríamos alcanzando mejores y mayores niveles de calidad en la educación. Y, abandonaríamos para siempre la cultura del espectáculo, del pensamiento liviano o light y la rutina en la escuela, por la cultura académica y/o tradicional, aperturista, dialogante, rigurosa y de pensamiento alternativo que posibilite deslizarse en un ambiente escolar mucho más amable para todos y todas.



Además, en la relación ontológica y antropológica, los sujetos que aprenden de los fenómenos educativos contextuales y no, surge la necesidad de la comunicación y por tanto de construir lenguaje que propicien los entendimientos y la convivencia. Aquí es donde surge el problema con los docentes que tienen un tipo de lectura distinta a la de algunos administrativos y se convierten en el gran problema. Se trata de que unos y otros establecen mediaciones e interlocuciones diferentes con el Ser o los seres, donde el poder impone formas de información y no de comunicación, incorporándose en el manejo de los espacios, iconos (Fotos, mapas, dibujos), leyes, signos e incluso comportamientos, gestos, organizadores curriculares, dispositivos didácticos, colores que ritualizan y rutinizan, haciéndolos de obligado cumplimiento. A ello responde el Maestro alternativo con la inclinación natural de resistencia reclamando el consenso y la democracia que no es lo mismo que las mayorías. Sino más bien, capacidad deliberativa, decisoria y propositiva en la construcción de significados y significantes que es lo que muestra el problema, pero también, es lo que hace posible la derrota de la Torre de Babel y se estimularía con ello la creación de comunidades educativas fuertes en medio de la diversidad.



Finalmente, la gestión escolar no es lo que un administrador prometa hacer o no hacer, no olvidemos que en las organizaciones, las personas no se determinan por lo que piensen o digan de sí mismo, algo así como una autoalabanza inicua, sino por sus acciones concretas, su reconocimiento al interior de las comunidades académicas y la sociedad. En las Instituciones Educativas se trata de organizar la gestión con trabajo colectivo, empezando por acordar en lo fundamental lo que une y lo que separa. La unión y la desunión pudieran establecerse atendiendo consensos en las elaboraciones de iconos y señales visuales, táctiles o acústica que posibiliten la comunicación intelectiva y afectiva; liderando las almas vestidas de arco iris y trazar las rutas académicas y convivenciales, haciendo de la semiótica un instrumento de comprensión; que arrojaría logros significativos y de re-significación a la Institución en cuestión. Pero además, respondería a las exigencias de la sociedad, en tanto que la comunión entre los estamentos alimentaría la paz social con nuestros conciudadanos y elevaría los niveles de la calidad del Derecho educativo.

Nota: Cualquier parecido con su Institución es simple casualidad.


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