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miércoles, 30 de junio de 2010

PROPUESTA DE TRABAJO PARA LA ENSEÑANZA DE LA FILOSOFIA

Observa el video, en el te hago una breve presentación de la existencia del blog y la posibilidad de utilizarlo como herramienta de trabajo virtual y la estructura curricular de la filosofía en la educación media. No olvides hacer tus comentarios.

lunes, 28 de junio de 2010

ESPACIOS INSTITUCIONALES ENTRE LA TECNOLOGIA Y LA TRADICION

Veamos el video de fotografías tomadas en la Institución Educativa Distrital Inocencio Chincá en el que hacen presencia las herramientas virtuales en la clase de filosofía, las orientaciones y preparación a los estudiantes por parte del profesor para llevarlos al aula de nuevas tecnologías. Además, espacios como sala de profesores, sala múltiple, salón de dibujo técnico, comedor escolar, patios, entrada, pasillos, murales, entre otros.

viernes, 11 de junio de 2010





LA IMAGEN SOCIAL DEL FILOSOFO Y LAS FILOSOFÍAS



Por: Oscar Tovar Granados


Nos viene preocupando desde hace tiempo la manera como es generalmente concebida la imagen social de el filósofo y las filosofías. Algunas veces, las percepciones que se tienen se justifican aún cuando sean incorrectas en su contenido dada la postura de quienes protagonizan el saber filosófico. Sea estas filosofías imitativas o autenticas y además situadas, tanto unos como otros, considero, están equivocando el proceder en la divulgación de esta importante disciplina del saber.

Pues bien, de todas formas con razón o sin ella el problema de la mala imagen crece día a día, lo asombroso es, el beneplácito de sus gestores. ¿Qué nos toca hacer a quienes nos declaramos públicamente amigos de las filosofías? ¿Será contemplar y ser indiferentes o por el contrario enfrentar el desafío? Sin pensarlo dos veces, nos inclinamos por la opción del compromiso y la salvación. La avalancha de epítetos y palabras degradantes son sorprendentes, nos corresponde salir le al paso a la turba y como decía el filósofo Yves Jolif, “la indiferencia es muerte a la filosofía” al final gracias a la divina providencia seguimos con vida.

Entre las afirmaciones que se le endilgan al filosofo – desde luego al margen de su real naturaleza- tenemos:”el filosofo es el hombre austero y virtuoso que lleva una vida retirada”, “filosofo es el que renuncia a la cotidianidad”, “es hombre de barbas y gruesos lentes”,”soñadores”,”solo habla de unos viejos”,”filosofo es quien hace un doctorado”. Esta y otras denominaciones brotan de los labios de nuestros conciudadanos. Y que decir del producto del filosofo.”Las filosofías”, sobre ellas si que hay manojos de equívocos.

Hace poco leyendo al profesor Mario Gómez en su libro “didáctica de la filosofía”, encontramos, que una encuesta realizada a estudiantes sobre la naturaleza de la filosofía, estos ni cortos ni perezosos decían: “la filosofía no es una materia mas del bachillerato”, “algo horrible”,”es una materia complicada”,”bastante confusa”,”me es aburridora y me es indiferente”,”es nombre y palabras”. En fin nos agotaríamos relacionando las inexactitudes.

A todo lo anterior, se le agregan las palabras huracanadas, salidas de espíritus acorazados y destructores que poco o nada saben de la historia de las filosofías, lo cierto es que sus voces tienen amplias coberturas, cuentan con instrumentos parlantes que multiplican el sonido, -perdón- el ruido de la destrucción. De momentos, esas fuerzas encopetadas, de buenos perfumes y de aire prepotente, actúan de manera soterrada. Son fuerzas del mal que se disfrazan con smoking para parecer representantes de la buena vida y con credenciales en la mano injurian a las filosofías, desvirtuando su importancia. Dándole a entender a las nueva generaciones, que no es necesario que piensen por si mismo, porque ya otros están pensando por ellos.

Con sorpresas y desconsolados tal vez, vemos a estudiantes que mucho antes de recibir formalmente la información de las filosofías, ya tienen anticipadamente todo un sistema de ideas y estructuradas opiniones. Claro está, falsos criterios que en la mayoría de las veces no tienen ningún tipo de responsabilidad, son verdaderas malezas conceptuales extasiadas en la mente de los jóvenes estudiantes que se levantan y se reproducen como el maná.

En una ocasión un distinguido profesor señalaba:” lo primero que debe hacer un profesor de filosofía, es limpiar la maleza que se cierne sobre las filosofías, para luego, entonces si, empezar a sembrar en la naturaleza fértil del estudiante”, y de una vez por todas se cambie la imagen, por lo menos en los estudiantes del filosofo y las filosofías.

La pregunta que nos hacemos, es si tocará limpiar la maleza; como dice el profesor o seguir el sueño eterno. De lo que se trata es de seguir identificando los males para luego trazar los correctivos y situar al filósofo y las filosofías en el lugar que realmente le corresponda.

Históricamente el filosofo y las filosofías han sido diferentes, las condiciones socioeconómicas de los pueblos en las que el filosofo le a ha tocado vivir presenta particularidades que de alguna manera han ido diseñando la arquitectura filosófica épocal.

Su historicidad está en que nunca el filosofar va a hacer el mismo una cosa es la filosofía de la antigüedad, otra la medieval, moderna o contemporánea. No es lo mismo ayer que hoy, no podemos esperar para el siglo XXI a filósofos como Anaxímedes, Sócrates o platón. Encontraremos a Nietzsche, Max Sheller, Husserl o un Sastre. Igualmente no encontraremos en Latinoamérica filósofos con Características europeas, es absurdo y si llegáramos a encontrarlos, estos serían hombres extraños, tropezaremos con filósofos del trópico, un Salazar Bondi, Leopoldo Zea, Enrique Dussel, Fernando Gonzáles, Rafael Carrillo, Julio Enrique Blanco, entre otros.

El filosofo alemán George Hegel en el prologo del libro “filosofía del derecho” señaló y es bueno que los filósofos de la parroquia observen el detalle-“en lo que se refiere al individuo, cada cual es sin más hijo de su tiempo; así también la filosofía es su tiempo captado en pensamientos. Es tan necio creer que una filosofía vaya mas allá de su propio mundo como que un individuo salte por sobre su tiempo”-.

Dirán ustedes, bueno y ¿qué es lo queremos?. La respuesta es simple, cambiar la visión social que se tiene del filosofo y las filosofías, que entendamos que deben ser vistos de otra manera y en procesos, sin que se pierda el sentido rigurosidad; por eso nos asombra el ingenioso sacrificio de algunos enfoques tradicionales por acomodar a la fuerza pensamientos que en la mayoría de las veces suenan y saben a dogma. No entendemos ni queremos entender las exclusividades gratuitas de nuestros fanáticos, tal vez sea esta una de las razones de la inautenticidad y el subdesarrollo de nuestro continente filosófico.

El filosofo es un hombre de carne y hueso, con un alto grado de sensibilidad y criticidad, que se compenetra con lo más hondo del ser natural y social.

El filosofo situado -que es el que invocamos- ha sido, es y será un interpretador de realidades, no importa su dimensión. Está presto a emprender viajes al infinito, tal vez -como dice Miguel de Unamuno- “no existe lugar determinado…” es un explorador, un caminante incansable de caminos áridos que conducen a esas cimas fascinantes de la sabiduría.

Jamás puede ser filosofo quien vive simplemente repitiendo de los libros esquemas y sistemas que no le corresponden. Es necesario poner en suspenso su existencia, debe ser un orientador de los caminos de la vida, ejercer la libertad y desarrollar los afectos. Debemos generar rupturas con todo aquello que signifique celda espiritual o esclavitud del pensamiento. El filósofo se hace, piensa sus realidades, se piensa, bebe, juega, ama, duerme, trata de ver en la oscuridad, escucha al hermano, conversa lenguajes particulares y universales, clama y se compromete con los viejos y sobre todo, con los nuevos momentos del ser. Ha de ser un hombre ponderado que conjuga los tiempos de la libertad de él y del otro. Ha de tener una disposición natural a la búsqueda, subyace igualmente el saber que lo convierte y lo dispara a la conquista racional de su entorno. Es como dice Don Migue, un alma de esculcar.

Una de las enseñanzas que el filosofo argentino Enrique Duseel, nos plantea es que “la primera tarea del filosofo es destruir la filosofía ”, quiere decir entonces, que no debemos seguir apegados de manera irracional a lo ya establecido en las filosofías , sino que es necesario filosofar, crear nuestros propios modelos, horizontes que en cierta forma respondan a nuestra realidad. Igualmente señala que debemos ser discípulos del pueblo, que es en última instancia el sujeto colectivo del filosofar y no preocuparnos tanto por ser discípulos de Kant, Hegel o Marx.

Ser filósofo es hoy una necesidad, algo más, el hombre común y corriente está constantemente filosofando, es decir, reflexionando crítica y trascendentalmente su cotidianidad, aún cuando no haya recibido un cartón o una licencia académica. Es imprescindible que el hombre se forme una concepción total de la vida, porque incuestionablemente necesitamos hacer comprensible las realidades y poder vivir mejor.

En cualquier momento histórico del filósofo, éste guarda elementos de identidad, que de alguna forma lo hacen pertenecer a una misma y desigual familia. Tanto ayer como hoy y seguramente mañana, el filosofo se ha caracterizado por plantearse interrogantes y respuestas frente al universo, que queramos nosotros o no, han servido como punto de referencia para guiar nuestra existencia.
Siempre su mirada ha sido la búsqueda de lo que trasciende, por ello es importante preguntarse aquí y ahora: ¿De dónde venimos?, ¿Hacia dónde vamos?, ¿ Hacia dónde debemos ir?, ¿ Qué son las cosas?, ¿Para qué son?, ¿ Por qué son así?, ¿Qué pasarían si no existieran?, ¿Qué es lo bueno y lo malo?, ¿ Qué hace que sean buenas o malas?, ¿Qué significa ser caribe?, ¿Qué significa ser costeño?, ¿Por qué estudio y para qué?, ¿Qué sentido tiene ser bachiller técnico, doctor o carpintero?, ¿Qué es en suma este mundo?; desde luego que hay muchos otros interrogantes. O sea, el filósofo debe preocuparse por el quehacer de sus contemporáneos y darles la trascendencia que indudablemente tienen.

Ahora las filosofías es la pregunta por la esencia, el sentido, lo trascendental del universo; pero también es la respuesta que damos a dichos interrogantes de manera racional. Las filosofías es el encuentro dialogado de mi YO con la otredad que me rodea, es así como el encuentro pensado del hombre con el mundo.

Las filosofías como hija natural de las realidades y que el filosofo legitima, ha presentado --al igual que el filosofo- un proceso metamorfosico, prefiero que usted -amigo lector- haga la lectura imaginaria y establezca la relación que invocamos, solo queremos de momento resaltar la importancia de las filosofías, que usted se atreva a reflexionar sobre su cotidianidad y verá que pasa. Pero igualmente citar a uno de los filósofos contemporáneos de mayor resonancia: Bertrand Russell en su libro “los problemas de la filosofía”, cuando dice:”el valor de la filosofía debe hallarse exclusivamente entre los bienes del espíritu y solo los que no son diferentes a estos bienes pueden llegar a la persuasión de que estudiar filosofía no es perder tiempo”. Y mas adelante señala:
”El hombre que no tiene ningún barniz de filosofía va por la vida prisionero de los prejuicios que derivan del sentido común, de las creencias habituales en su tiempo y en su país, y de los que se han desarrollado en su espíritu sin la cooperación, ni el consentimiento deliberado de la razón”.

Ojala nuestros contemporáneos escuchen el mensaje y descubramos las zonas erróneas que están ocultas en nuestro ser. Sabemos que hace parte de nuestra identidad, la des identidad, el desarraigo - por desgracia-, el estar ocultando el ser trascendental y fantástico que todos llevamos por dentro.

Bregamos la esperanza del cambio de actitud mental de los ciudadanos frente al filosofo y la filosofía, hoy por hoy, necesitamos cultivar –a pesar del glifosato- las áreas que por nuestra miopía vemos desérticas, pero por fortuna pensamos que la razón nos proporcionará los medios para por fin identificar el hermosos continente filosófico que la naturaleza humana genera.

Finalmente, se debe reconocer que el filósofo y la filosofía nos ayudaran a cambiar la imagen social que de ellos se tiene. Ya comenzamos a sentir nuevos vientos y los pájaros encontraran los medios propicios para volar con libertad.

lunes, 7 de junio de 2010

Dualidad en Torno a la Evaluación


APUNTES ACERCA DEL ANEXO # 4




Por : Oscar Tovar Granados




Sin duda se suele confundir en la práctica el “Evaluar para conocer con el examinar para excluir”. El autor Juan Manuel Álvarez Méndez reconoce la existencia de la complejidad que amerita el fenómeno de evaluación como teoría y como práctica. En el ejercicio de sistematización se recoge como bien lo señala, un “Amplio abanico de expresiones” y que anuncia como la “Evaluación alternativa desde la racionalidad practica” (acción comunicativa) y la evaluación como racionalidad técnica (acción estratégica).


En la primera expresión el proceso lo presenta como cualitativo, apuntando a lo formativo, participativo, flexibilidad, el ejercicio ético, la subjetividad ejercida entre otras. En la segunda expresión la concepción se observa es mas instrumental u operativa en tanto que resalta lo vertical, la puntualidad, lo sumativo, ejercicio técnico, control y sanciones, distanciamiento en nombre de la objetividad, rendimiento de cuentas etc.


Como se puede apreciar las concepciones expresadas manifiestan un distanciamiento, pero que individualmente son recurrentes en la práctica profesional docente y que de alguna forma configuran un ambiente educativo repleta de complejidad y también de confusiones; impactando negativamente en el ejercicio profesional docente, pero aun más grave en los estudiantes. Se pudiera señalar que el enfoque alternativo de “racionalidad practica” da cuenta del evaluar para conocer y el enfoque de “racionalidad técnica” apunta más al examinar para excluir. Ahora bien, se admite en el texto la multiplicidad de funciones que cada vez más se le asigna a la evaluación haciendo desde luego mucho mas inmanejable el proceso, no solo desde los alumnos, profesores y el centro, sino la evaluación de programas y el rendimiento de cuentas.

“LA PROFECIA EN BARRANQUILLA UNA NECEDA MÁS”
(Impacto sicológico)

Por: Oscar Alfonso Tovar Granados

Las profecías es un fenómeno cultural que siempre ha acompañado a los pueblos, pareciera que pueblo que se respete ha padecido de la sentencia apocalíptica; y claro las encontramos de todos los tipos, cual sea su naturaleza pareciera estar apuntando siempre al mismo sentido: el fin del mundo. Barranquilla, ciudad del Caribe colombiano no podía quedarse ajena a semejante privilegio; sobre todo, por ser además madre y centro de las más diversas concurrencias culturales del país. Y, fue tanto el coqueteo de ella y la sentencia apocalíptica que se logro escuchar los silencios, las voces, el desespero y los encerramientos que contempla una pareja de enamorados, desarrollándolo todo ante de lo previsto; mientras tanto, al otro lado del mundo los vecinos esperaban estupefacto la nueva explosión que estarían surcando otros tiempos.


La fecha del fenómeno anunciado llegó, no hay fecha alguna que no se cumpla, pero lo que no apareció fue el hecho “en si” la desaparición; para fortuna de los barranquilleros y los vecinos del otro lado del mundo. Sin embargo, se debe reconocer que el anuncio apocalíptico preocupó a propios y extraños. Desde luego, no a todos de la misma forma, se entiende que lo real apocalíptico cada ciudadano lo percibió de manera diferente y es normal que así sea. No olvidemos que el tejido del alambrado neuronal organiza conexiones especiales en cada individuo, los estilos de aprendizajes o la forma como aprendemos, la maduración de sus procesos cognitivos, formación ciudadana y el inconsciente cultural colectivo contribuyen a organizar las variables que bien pudieron determinar los diferentes rangos en el impacto psicológico de la profecía.


Ahora bien, determinar los niveles de afectación sicológica en el ciudadano barranquillero del apocalíptico anuncio, implica diagnosticar los diferentes rangos, utilizando instrumentos que permitan dar cuenta de cada una de las variables. Además, consideramos que el ejercicio no deja de ser una pretensión intelectual sana y que avizora una alta subjetividad. Por ello, señalaríamos que la idea pareciera invitarnos a “percibir lo percibido”, en otras palabras cuando se pregunta. ¿Cuál es el impacto sicológico que ocasionó el anuncio apocalíptico en el barranquillero? Pensamos, que el tiempo concebido para dar respuesta nos lleva a desarrollar la subjetividad, estableciendo varios grupos de afectación.


En primer lugar están los que recibieron la información y los dejó con muchos miedos y expectante, de tal suerte que ante la desaparición de la vida, situación ésta que el hombre intenta sobreponerse en su pretendida vida eterna, arrojando cambios en el comportamiento de la población, al extremo de no asistir a sus sitios de trabajo, estudio y demás compromisos sociales; esto sin importar el rol social y el extracto; incluso con formación académica. El anuncio apocalíptico generó pánico colectivo, pareciera haberles movido las estructuras mentales ocasionando en algunos casos depresión, tristeza y desesperanza.


En segundo lugar están los que habiéndose informado, no le dieron mayor trascendencia, a pesar de haber experimentado algún tipo de preocupación. A éste grupo de ciudadanos se le vio asistiendo a sus obligaciones, pero casi siempre comentando el problema del anuncio. Algo así como asistiendo una especie de conjuro que le daba fortaleza y resistencia ante la pretendida amenaza. A ellos se les veía alegre, extrovertido y optimista. Daban la impresión de estar concurriendo a un exorcismo colectivo.


Finalmente, reconocer que los seres humanos estamos en medio de múltiples factores que determinan nuestros comportamientos: a veces aparecen como necedad, posibilidad, necesidad, realidad y en otras ocasiones como estrategia mediática de ocultamiento cultural y de nuevos entretenimientos para la sociedad.